La salida de ese escabroso lugar, fue mucho mas placentera que la entrada, era algo que compartíamos Natalia y yo, la incomodidad de la parafernalia hospitalaria; haríamos cualquier cosa por huir de ella y ahora podíamos relajarnos un poco, aunque el temor seguía latente por la ignorancia que teníamos con respecto a lo que había sucedido en su casa durante nuestra ausencia. Billy me había perdonado, o por lo menos había hecho lo posible por aceptarme sin mostrar su molestia interna; pero ahora debía esforzarme el doble para ganarme su confianza de nuevo. La madre de Natalia tenia que enterarse de lo sucedido, o al menos de nuestro asalto, ya que estábamos seguros de su reacción al saber que su única hija estuvo a punto de morir por culpa mía y bajo el resguardo de su padre, querría alejarla de Baltimore al instante, y yo no podía permitir eso; era un común acuerdo, al menos, hasta ahora, entre ella y yo… aunque casi podíamos apostar a favor de que Billy estaría de acuerdo con nosotros. Yo estaba feliz de saber que Natalia estaba bien, y que su enfrentamiento con una mujer tan enferma como Kristen solo la había afectado momentáneamente, aunque ahora podía vislumbrar un cambio en ella… un cambio, bueno... al menos para ella, ya que demostró que podía mantener la calma durante un momento fatídico o complicado para muchas otras personas. No había deseado que cambiara, pero de alguna forma era bueno para ella, en, esperaba yo que no, algún acercamiento del mismo tipo; pero por ahora todo estaba bien, tranquilo, sereno y bajo control. El futuro debería depararnos algo, pero no podíamos, simplemente, precipitarnos y averiguarlo… solo podíamos esperar pacientemente a que sucediera y mantener la guardia siempre, sin importar cuan indefensos pudieran ser nuestros enemigos. Natalia encendió el motor, para dirigirnos de nuevo a Charles North, había viajado a ese lugar en dos ocasiones durante el mismo día, y ahora el aire parecía menos denso y el automóvil completo se movía con mayor libertad, como si tuviera todo el tiempo del mundo para llegar a la casa, que esperaba, ya estuviera tan normal como siempre… sin llamar demasiado la atención por los hechos suscitados antes en ese mismo domicilio, plagado de personas adineradas y por tanto paranoicas, que era a lo que mas le temíamos… que por culpa de la paranoia de los vecinos de Billy nos metiéramos en un tremendo lio, y no solo nosotros… el mismo Billy y su hija. Era bastante problemático ya el hecho de que Aarón y Raven hablaron con la policía local y mintieron diciendo que era agentes del FBI y la Interpol, ahora debían mantener su perfil tan bajo que pareciera superfluo ante cualquiera que los rodeara, tendrían que estar fuera de nuestras futuras misiones el Baltimore, por lo menos, los próximos dos años; pero era un precio bajo y ambos debían haber estado conscientes de lo que habían hecho y por ello tenían que responsabilizarse de sus propios actos. Natalia también parecía pensativa, el silencio absoluto había envuelto en automóvil como una débil pero fuerte capa, y ninguno se animaba a arremeter contra ella, no hasta que estuviéramos seguros de lo que íbamos a decir… para evitar adjudicar culpas a alguien, ni siquiera a la difunta Kristen; todo se había tornado tan complicado que comenzaba a detestarlo con toda mi alma, y odiaba aun mas el hecho de que no sabia que tan incierto era nuestro futuro. John Hotchnner no se iba a quedar tan conforme con el hecho de que su hija favorita estuviera muerta… y mucho menos si descubría que había sido yo quien la había asesinado, y a golpes. Él iba a usar todos sus medios para encontrarme y exterminar, una a una, a cada persona con la que pudiera tener contacto, a cualquiera que me ayudara a llevar una vida más o menos normal; iba a ser un asunto peliagudo según podía notar, y Natalia se negaría rotundamente a alejarse de mí solo por eso, ella afrontaría el riesgo conmigo… aunque no pudiera ser de mucha ayuda y terminara en su casa, dando vueltas por su habitación, esperando preocupadamente a tener noticias sobre nosotros. Era tan terca, y la amaba tanto, que no la lastimaría pidiéndole que se alejara de una vez y encontrara su felicidad con alguien mas… con alguien que de verdad pudiera hacerla dichosa y no la metiera en tantos problemas como yo lo había hecho; no se lo merecía, y yo no la merecía a ella… era mas de lo que nunca había soñado con tener, y me aferraba, de manera muy egoísta, a ella… a estar a su lado y no dejarla. No era bueno para ella, pero no podía decírselo, no conociendo sus modos temerarios de actuar, le prometí que estaríamos juntos en esto y ahora no podía decirle que no y simplemente desaparecer junto con todos los miembros de la Organización; que viéndolo del modo táctico, tampoco era una buena opción, si lo hacia… la dejaríamos desprotegida, completamente a merced de cualquier antojo que le diera a John y eso era peligroso, ya que lo mínimo que podía pasarle era que la asesinara… con un tiro atravesándole la cabeza, podía hacerle cosas inimaginables para mí. Suspire, y la mire, ella también me miro y sonrió alegremente.
-Gracias Natalia- murmure mientras tomaba su mano.
-¿Por qué?- declaro ella confundida.
-Por todo, y principalmente por estar conmigo…- respondí sin dejar de mirarla-, no soy bueno para ti y lo sabes… y aun así sigues aquí, siendo mi fortaleza y mi único motivo real para terminar con todo esto.
-No seas tonto, Ian- susurro ella acariciando mi mejilla-. Luego de todo esto, me ha quedado más que claro que te amo y no quiero que ese sentimiento cambie nunca.
-No lo hará- asegure-. Te lo prometo.
-Te creo…
Sus labios silenciaron los míos en un cálido beso sellando la inexpresada promesa que nos habíamos hecho, permanecer juntos el tiempo que fuera necesario para que la Organización y yo culmináramos lo que habíamos empezado hacia años; aunque ahora iba a ser mas complicado que entonces… ya que finalmente le habíamos quitado el seguro a la granada y ahora la explosión era inevitable, lo único que nos quedaba era resguardarnos de la honda expansiva y luego emerger de la cenizas de nuestro alrededor para continuar con la lucha, en contra de un enemigo menos embravecido, ya que creería que nos había eliminado. Había llegado el momento de elaborar un plan para salir victoriosos de la batalla final que estaba apunto de suscitarse, no sabíamos cuanto tiempo estaríamos tranquilos, de cuanto tiempo esperarían para estudiarnos, para dar con aquellas personas que significaban algo para nosotros; y también había llegado el momento de contarles al grupo de Christina todo lo que había pasado realmente, sin omitir ningún detalle y así prevenirlos de lo que se acercaba rápidamente a nosotros, desde el otro lado del mar, desde el corazón de la República Checa: Praga. Natalia volvió los ojos al camino y giro en la esquina que daba a la residencia donde vivía, no parecía haber pasado nada en ese lugar y los únicos automóviles, conocidos, que había aparcados en la calle eran el de Aarón y Sara, el de Raven, la camioneta de Sean y el vehículo de Matt y Christina… sin contar el Mercedes de Billy, que ya estaba en la cochera. Debían estar esperándonos.
-¿Puedes explicarme?- me pidió Natalia mientras se estacionaba.
-Es una reunión… de líderes y sublíderes- respondí mientras abría la puerta.
-¿Por qué en mi casa, con Billy presente?- inquirió ella con algo de duda asomándose en sus palabras.
-Porque ahora son parte de todo esto y porque Billy nos ha ayudado desde el principio y por tanto…- susurre mientras ella se detenía a mi lado, tomándome de la mano- tiene derecho a conocer todos y cada uno de nuestros movimientos, por insignificantes que sean.
-A veces desearía que Billy me contara sobre todo esto- aseguro mientras caminábamos a la casa-. Quizá te habría conocido antes.
-Todos los encuentros están destinados a suceder, pero no puedes apresurarlos… todo a su tiempo- le dije, pegando mis labios a su frente.
Torció la boca y guardo silencio mientras nos escabullíamos en silencio hasta la sala, donde estaban todos reunidos con un semblante serio y algo preocupado. En el sillón principal estaba Billy, que parecía consternado; a su lado derecho estaba Aarón, tomando la mano de Sara con tranquilidad, luego estaba Raven con aquella expresión inescrutable que lo caracterizaba; frente a ellos estaban Matt y Christina, tomados de la mano y Sean y Gabriel parados detrás del sillón. Los asientos vacios restantes estaban reservados para nosotros con cierta molestia extra; jale un poco a Natalia hasta que ocupamos los asientos vacios al lado de su mejor amiga de la infancia; mire a Aarón buscando, en vano, una explicación a todo esto… aunque presentía que era con respecto a lo que se avecinaba, a la inminente llegada de nuestro enemigos checoslovacos. Un silencio sepulcral se apodero de la habitación, solo se escuchaban las respiraciones acompasadas de todos lo presentes, pero no había ningún murmullo, ni siquiera uno proveniente del exterior de la casa; yo empezaba a sentirme incomodo, al igual que Natalia, al no sabe el porque de la repentina reunión en aquella casa.
-¿Qué esta pasando?- chillo Natalia, incapaz de seguir soportando ese silencio.
-Todos sabemos lo que sucedió aquí, y algunos de nosotros somos consientes de las consecuencias que acarrearan los hechos que tuvieron lugar aquí- dijo Aarón sin perder la calma un segundo-. Eso nos lleva a pensar que un peligro mucho más representativo se acerca a enormes zancadas desde Praga.
-¿El padre de Kristen?, ¿su antiguo jefe?- susurro Christina en voz sumamente baja.
-Así es- admitió Aarón mirándola-. Por eso debemos trabajar en equipo, ya que no solo nos adjudicara la culpa a nosotros, todos aquellos que hayan estado presentes aquí el día de hoy… corren un riesgo importante.
-¿Qué se supone que vamos a hacer?- inquirió Gabriel con serenidad-. ¿Huir?
-Nadie lo a propuesto como única salida- respondió Aarón, mirándolo fijamente-, sin embargo, no podemos negar que puede ser una opción viable, si nos quedamos sin opciones.
-¿Cuál es el brillante plan de acción?- mascullo Sean irritado.
-Quedarnos y afrontar esto con la cabeza en alto, sin miedo- agrego mi superior con amabilidad-. Claro que al ser nuestro problema, directo, seremos nosotros los primeros en afrontarlos… ustedes serán reservas, en caso de que quieran quedarse y apoyarnos con todo esto, no se sientan obligados.
-Aarón- susurro Christina-, tu plan es algo muy precipitado y en lo personal me ofende un poco el hecho de que nos veas solo como reservas, se que podemos serles de ayuda… y si confían lo suficiente en nosotros podemos afrontarlos a su lado, como un equipo.
‘’Quizá suena algo descabellado, pero solos no tendremos ninguna posibilidad… y juntos quizás es más viable enfrentarlos- le dijo con seguridad-; nunca existió un resentimiento real de ninguna parte, ni de nosotros hacia ustedes, ni de ustedes a nosotros. Solo queríamos proteger a Irina de un peligro que no conocíamos realmente, y desconocíamos sus intensiones… era solo desconfianza ante la ignorancia que teníamos con respecto a ustedes- sus palabras eran ciertas y Aarón lo sabia-. Trabajamos en equipo el día de hoy y funciono, quizá no como habríamos querido, pero resulto… Natalia esta viva y Kristen esta muerta; podemos hacerlo, yo se que si.
-Ella tiene razón, cariño- susurro Sara con voz melosa-. Quizá juntos tengamos oportunidad.
-Eso no podemos asegurarlo, linda- respondió Aarón con serenidad.
-Pero sin duda es razonable, Aarón- tercio Raven-; Christina tiene razón en todo lo que ah dicho, juntos tenemos mas oportunidad de éxito que si nos limitamos a enfrentarlos nosotros solos.
-Tendremos más oportunidad, Aarón- agregue con algo de temor mientras Natalia me apretaba un poco más fuerte la mano-, al menos en cuestión de números.
-Los números no aseguran la victoria- siseo Aarón, irritado.
-Pero ayudan bastante- gimió Natalia a mi lado, haciendo que todos la miraran confundidos-. No quiero les pase nada por mi culpa, me niego a eso… Ya se demostraron que pueden trabajar en equipo, hombro con hombro. ¿Por qué ahora tiene que ser diferente?
Aarón suspiro, demostrándonos su negativa… mientras que el resto sonrío, aunque al igual que Aarón, Billy no estaba muy feliz con las palabras de su hija; pero debía saber, mejor que yo, que Natalia era muy terca y temeraria, lo que nos llevaba a concluir que su opinión había sido dada y nada podría obligarla a cambiar de parecer.
-Aarón, yo se que no soy ni seré de ayuda… porque no se desenvolverme ante ese tipo de situaciones, pero Christina y los demás si saben hacerlo- continuo ella con seguridad-, es lo mas inteligente que pueden hacer; entrenarse mutuamente… para complementarse y comprometerse totalmente en el equipo.
-No todos los miembros estarán de acuerdo con eso- respondió el aludido, levantándose del sillón-. Isaac y Bruce se negaran a hacerlo, lo harán rotundamente.
-Se supone que Bruce debe obedecerte, sin importar cuan ridícula sea tu orden- asegure, recordándole el viejo trato que habían hecho ellos dos-. Es hora de saber a quien le debe lealtad realmente.
-Bruce no nos traicionaría- me espeto con violencia.
-¿Entonces porque te da miedo probarlo?- insistí, con la misma actitud que él había adoptado.
Por su expresión supe, inmediatamente, que había dado en el blanco… lo herí con mi comentario y era lo que buscaba, provocarlo hasta el punto en el que cediera a probar la lealtad de Bruce, que siempre se vio mermada por sus propios deseos; nadie, a excepción de Aarón, conocía la verdad sobre Bruce… o sobre su vida, pero debía ser importante para que él lo defendiera tan fieramente, aun, incluso, sobre su prometida. Sara se levanto para intentar calmarlo, pues era un verdadero energúmeno y en cualquier segundo iba a arremeter contra mí o contra Raven, la costumbre me lo gritaba; Natalia lo miro fijamente y se interpuso entre él y yo, sabiendo, de antemano, que no tenía ni la más mínima posibilidad de hacerle frente a Aarón. Todo esto había sido el crudo desenlace de una discusión innecesaria, todos en la Organización sabíamos que Aarón tomaba las decisiones sin consultar a los demás, simplemente se reservaba la tarea de darnos a conocer sus ideas y era todo… nada de lo que decía estaba sujeto a discusión alguna. Pero ya era momento de que eso cambiara, por el bien de todos.
-Aarón, cálmate- le pidió Sara, mientras lo miraba a los ojos.
-Sara tiene razón, relájate- resollé, levantándome y apartando a Natalia-. Entiende que esta no es solo tu pelea, y no es solo tu vida la que corre peligro; tú mejor que nadie deberías saber como trabaja John, y sabes que ataca a los más vulnerables primero… para poder divertirse de lo lindo con el resto de nosotros.
‘’Si no aceptas la idea de Christina, serán ellos o Natalia los primeros en caer durante el proceso- continúe, alegrándome por haber captado su atención-. Y luego nos acorralara, amenazándonos con algo y entonces todo se ira al demonio; piensa en alguien mas que no seas tu, por una vez en tu vida. Maldita sea.
Nuevamente el silencio se torno sepulcral, y todo estábamos incómodos, esperando la respuesta final de Aarón, que al final se había puesto a pensar en nuestras palabras. No pude ignorar la gota de sudor frio que descendió por mi cuello mientras esperábamos, el reloj martilleaba mis oídos, cada segundo era como sumirme más en la incertidumbre; pero no se detenía, el tedioso sonido de la manecilla moviéndose desconsideradamente… haciéndonos saber, además, que cada segundo que pasaba ayudaba a Hunter Hotchnner a planear su terrible venganza. Cada segundo acercaba el final de todo, y Aarón no podía sospesar nuestras ideas con rapidez, parecía empeñado en dejar pasar el tiempo… para que John nos encontrara y comenzara a jugar su juego. Natalia se levanto nuevamente y salió de la sala, lucia ansiosa y no era para menos. La actitud de nuestro jefe estaba fuera de lugar, y no parecía importarle mucho; no pude seguirla, Raven me lo impidió con un gesto silencioso. Quizá era lo mejor, tal vez tendría algo que pensar y yo no seria mucha ayuda para ella mientras Aarón no diera su respuesta; tan solo la seguí con la mirada, hasta que desapareció por la puerta principal de su casa. No quería que se alejara, pero necesitaba pensar que iba a estar bien… para no levantarme y correr tras ella, mandando al diablo a Aarón y su enmarañada mente, que no terminaba de esclarecerse frente a nosotros. Bufe de forma audible y Billy también se levanto, pero se dirigió a la cocina, seguramente a llamar a Natalia… y yo me sentía atado a ese sillón, como un acusado esperando el veredicto del jurado, y parecía que eso jamás iba a llegar…
-Gracias Natalia- murmure mientras tomaba su mano.
-¿Por qué?- declaro ella confundida.
-Por todo, y principalmente por estar conmigo…- respondí sin dejar de mirarla-, no soy bueno para ti y lo sabes… y aun así sigues aquí, siendo mi fortaleza y mi único motivo real para terminar con todo esto.
-No seas tonto, Ian- susurro ella acariciando mi mejilla-. Luego de todo esto, me ha quedado más que claro que te amo y no quiero que ese sentimiento cambie nunca.
-No lo hará- asegure-. Te lo prometo.
-Te creo…
Sus labios silenciaron los míos en un cálido beso sellando la inexpresada promesa que nos habíamos hecho, permanecer juntos el tiempo que fuera necesario para que la Organización y yo culmináramos lo que habíamos empezado hacia años; aunque ahora iba a ser mas complicado que entonces… ya que finalmente le habíamos quitado el seguro a la granada y ahora la explosión era inevitable, lo único que nos quedaba era resguardarnos de la honda expansiva y luego emerger de la cenizas de nuestro alrededor para continuar con la lucha, en contra de un enemigo menos embravecido, ya que creería que nos había eliminado. Había llegado el momento de elaborar un plan para salir victoriosos de la batalla final que estaba apunto de suscitarse, no sabíamos cuanto tiempo estaríamos tranquilos, de cuanto tiempo esperarían para estudiarnos, para dar con aquellas personas que significaban algo para nosotros; y también había llegado el momento de contarles al grupo de Christina todo lo que había pasado realmente, sin omitir ningún detalle y así prevenirlos de lo que se acercaba rápidamente a nosotros, desde el otro lado del mar, desde el corazón de la República Checa: Praga. Natalia volvió los ojos al camino y giro en la esquina que daba a la residencia donde vivía, no parecía haber pasado nada en ese lugar y los únicos automóviles, conocidos, que había aparcados en la calle eran el de Aarón y Sara, el de Raven, la camioneta de Sean y el vehículo de Matt y Christina… sin contar el Mercedes de Billy, que ya estaba en la cochera. Debían estar esperándonos.
-¿Puedes explicarme?- me pidió Natalia mientras se estacionaba.
-Es una reunión… de líderes y sublíderes- respondí mientras abría la puerta.
-¿Por qué en mi casa, con Billy presente?- inquirió ella con algo de duda asomándose en sus palabras.
-Porque ahora son parte de todo esto y porque Billy nos ha ayudado desde el principio y por tanto…- susurre mientras ella se detenía a mi lado, tomándome de la mano- tiene derecho a conocer todos y cada uno de nuestros movimientos, por insignificantes que sean.
-A veces desearía que Billy me contara sobre todo esto- aseguro mientras caminábamos a la casa-. Quizá te habría conocido antes.
-Todos los encuentros están destinados a suceder, pero no puedes apresurarlos… todo a su tiempo- le dije, pegando mis labios a su frente.
Torció la boca y guardo silencio mientras nos escabullíamos en silencio hasta la sala, donde estaban todos reunidos con un semblante serio y algo preocupado. En el sillón principal estaba Billy, que parecía consternado; a su lado derecho estaba Aarón, tomando la mano de Sara con tranquilidad, luego estaba Raven con aquella expresión inescrutable que lo caracterizaba; frente a ellos estaban Matt y Christina, tomados de la mano y Sean y Gabriel parados detrás del sillón. Los asientos vacios restantes estaban reservados para nosotros con cierta molestia extra; jale un poco a Natalia hasta que ocupamos los asientos vacios al lado de su mejor amiga de la infancia; mire a Aarón buscando, en vano, una explicación a todo esto… aunque presentía que era con respecto a lo que se avecinaba, a la inminente llegada de nuestro enemigos checoslovacos. Un silencio sepulcral se apodero de la habitación, solo se escuchaban las respiraciones acompasadas de todos lo presentes, pero no había ningún murmullo, ni siquiera uno proveniente del exterior de la casa; yo empezaba a sentirme incomodo, al igual que Natalia, al no sabe el porque de la repentina reunión en aquella casa.
-¿Qué esta pasando?- chillo Natalia, incapaz de seguir soportando ese silencio.
-Todos sabemos lo que sucedió aquí, y algunos de nosotros somos consientes de las consecuencias que acarrearan los hechos que tuvieron lugar aquí- dijo Aarón sin perder la calma un segundo-. Eso nos lleva a pensar que un peligro mucho más representativo se acerca a enormes zancadas desde Praga.
-¿El padre de Kristen?, ¿su antiguo jefe?- susurro Christina en voz sumamente baja.
-Así es- admitió Aarón mirándola-. Por eso debemos trabajar en equipo, ya que no solo nos adjudicara la culpa a nosotros, todos aquellos que hayan estado presentes aquí el día de hoy… corren un riesgo importante.
-¿Qué se supone que vamos a hacer?- inquirió Gabriel con serenidad-. ¿Huir?
-Nadie lo a propuesto como única salida- respondió Aarón, mirándolo fijamente-, sin embargo, no podemos negar que puede ser una opción viable, si nos quedamos sin opciones.
-¿Cuál es el brillante plan de acción?- mascullo Sean irritado.
-Quedarnos y afrontar esto con la cabeza en alto, sin miedo- agrego mi superior con amabilidad-. Claro que al ser nuestro problema, directo, seremos nosotros los primeros en afrontarlos… ustedes serán reservas, en caso de que quieran quedarse y apoyarnos con todo esto, no se sientan obligados.
-Aarón- susurro Christina-, tu plan es algo muy precipitado y en lo personal me ofende un poco el hecho de que nos veas solo como reservas, se que podemos serles de ayuda… y si confían lo suficiente en nosotros podemos afrontarlos a su lado, como un equipo.
‘’Quizá suena algo descabellado, pero solos no tendremos ninguna posibilidad… y juntos quizás es más viable enfrentarlos- le dijo con seguridad-; nunca existió un resentimiento real de ninguna parte, ni de nosotros hacia ustedes, ni de ustedes a nosotros. Solo queríamos proteger a Irina de un peligro que no conocíamos realmente, y desconocíamos sus intensiones… era solo desconfianza ante la ignorancia que teníamos con respecto a ustedes- sus palabras eran ciertas y Aarón lo sabia-. Trabajamos en equipo el día de hoy y funciono, quizá no como habríamos querido, pero resulto… Natalia esta viva y Kristen esta muerta; podemos hacerlo, yo se que si.
-Ella tiene razón, cariño- susurro Sara con voz melosa-. Quizá juntos tengamos oportunidad.
-Eso no podemos asegurarlo, linda- respondió Aarón con serenidad.
-Pero sin duda es razonable, Aarón- tercio Raven-; Christina tiene razón en todo lo que ah dicho, juntos tenemos mas oportunidad de éxito que si nos limitamos a enfrentarlos nosotros solos.
-Tendremos más oportunidad, Aarón- agregue con algo de temor mientras Natalia me apretaba un poco más fuerte la mano-, al menos en cuestión de números.
-Los números no aseguran la victoria- siseo Aarón, irritado.
-Pero ayudan bastante- gimió Natalia a mi lado, haciendo que todos la miraran confundidos-. No quiero les pase nada por mi culpa, me niego a eso… Ya se demostraron que pueden trabajar en equipo, hombro con hombro. ¿Por qué ahora tiene que ser diferente?
Aarón suspiro, demostrándonos su negativa… mientras que el resto sonrío, aunque al igual que Aarón, Billy no estaba muy feliz con las palabras de su hija; pero debía saber, mejor que yo, que Natalia era muy terca y temeraria, lo que nos llevaba a concluir que su opinión había sido dada y nada podría obligarla a cambiar de parecer.
-Aarón, yo se que no soy ni seré de ayuda… porque no se desenvolverme ante ese tipo de situaciones, pero Christina y los demás si saben hacerlo- continuo ella con seguridad-, es lo mas inteligente que pueden hacer; entrenarse mutuamente… para complementarse y comprometerse totalmente en el equipo.
-No todos los miembros estarán de acuerdo con eso- respondió el aludido, levantándose del sillón-. Isaac y Bruce se negaran a hacerlo, lo harán rotundamente.
-Se supone que Bruce debe obedecerte, sin importar cuan ridícula sea tu orden- asegure, recordándole el viejo trato que habían hecho ellos dos-. Es hora de saber a quien le debe lealtad realmente.
-Bruce no nos traicionaría- me espeto con violencia.
-¿Entonces porque te da miedo probarlo?- insistí, con la misma actitud que él había adoptado.
Por su expresión supe, inmediatamente, que había dado en el blanco… lo herí con mi comentario y era lo que buscaba, provocarlo hasta el punto en el que cediera a probar la lealtad de Bruce, que siempre se vio mermada por sus propios deseos; nadie, a excepción de Aarón, conocía la verdad sobre Bruce… o sobre su vida, pero debía ser importante para que él lo defendiera tan fieramente, aun, incluso, sobre su prometida. Sara se levanto para intentar calmarlo, pues era un verdadero energúmeno y en cualquier segundo iba a arremeter contra mí o contra Raven, la costumbre me lo gritaba; Natalia lo miro fijamente y se interpuso entre él y yo, sabiendo, de antemano, que no tenía ni la más mínima posibilidad de hacerle frente a Aarón. Todo esto había sido el crudo desenlace de una discusión innecesaria, todos en la Organización sabíamos que Aarón tomaba las decisiones sin consultar a los demás, simplemente se reservaba la tarea de darnos a conocer sus ideas y era todo… nada de lo que decía estaba sujeto a discusión alguna. Pero ya era momento de que eso cambiara, por el bien de todos.
-Aarón, cálmate- le pidió Sara, mientras lo miraba a los ojos.
-Sara tiene razón, relájate- resollé, levantándome y apartando a Natalia-. Entiende que esta no es solo tu pelea, y no es solo tu vida la que corre peligro; tú mejor que nadie deberías saber como trabaja John, y sabes que ataca a los más vulnerables primero… para poder divertirse de lo lindo con el resto de nosotros.
‘’Si no aceptas la idea de Christina, serán ellos o Natalia los primeros en caer durante el proceso- continúe, alegrándome por haber captado su atención-. Y luego nos acorralara, amenazándonos con algo y entonces todo se ira al demonio; piensa en alguien mas que no seas tu, por una vez en tu vida. Maldita sea.
Nuevamente el silencio se torno sepulcral, y todo estábamos incómodos, esperando la respuesta final de Aarón, que al final se había puesto a pensar en nuestras palabras. No pude ignorar la gota de sudor frio que descendió por mi cuello mientras esperábamos, el reloj martilleaba mis oídos, cada segundo era como sumirme más en la incertidumbre; pero no se detenía, el tedioso sonido de la manecilla moviéndose desconsideradamente… haciéndonos saber, además, que cada segundo que pasaba ayudaba a Hunter Hotchnner a planear su terrible venganza. Cada segundo acercaba el final de todo, y Aarón no podía sospesar nuestras ideas con rapidez, parecía empeñado en dejar pasar el tiempo… para que John nos encontrara y comenzara a jugar su juego. Natalia se levanto nuevamente y salió de la sala, lucia ansiosa y no era para menos. La actitud de nuestro jefe estaba fuera de lugar, y no parecía importarle mucho; no pude seguirla, Raven me lo impidió con un gesto silencioso. Quizá era lo mejor, tal vez tendría algo que pensar y yo no seria mucha ayuda para ella mientras Aarón no diera su respuesta; tan solo la seguí con la mirada, hasta que desapareció por la puerta principal de su casa. No quería que se alejara, pero necesitaba pensar que iba a estar bien… para no levantarme y correr tras ella, mandando al diablo a Aarón y su enmarañada mente, que no terminaba de esclarecerse frente a nosotros. Bufe de forma audible y Billy también se levanto, pero se dirigió a la cocina, seguramente a llamar a Natalia… y yo me sentía atado a ese sillón, como un acusado esperando el veredicto del jurado, y parecía que eso jamás iba a llegar…
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